"The Angels' Share" es una película escocesa dirigida por Ken Loach y escrita por Paul Laverty que se estrenó a mediados del 2012. La película combina el drama y la comedia, recaudando mundialmente cinco millones de euros. Ken Loach es un director que se caracteriza por el realismo que podemos encontrar en sus producciones, dando gran importancia a la similitud entre el guión final y la misma película. Paul Laverty, el cual ya había trabajado anteriormente con Ken Loach (nueve largometrajes), es un guionista escocés nominado a varios premios como el "British Academy Film Award" o los "European Film Awards", recibiendo también el premio de mejor guionista en el "Britsh Independent Film Award" y el "Festival de Cannes".
En esta película podemos encontrar varios elementos también utilizados en la literatura como la catáfora, la anáfora y la antítesis. Algunos de los ejemplos más claros son la entrega de la tarjeta de visita en la primera cata y los juicios al inicio de la película (catáfora), la repetición de los fallos que continuamente realiza Albert (anáfora) y la evolución de Albert al final de la película cuando explica el concepto de oferta y demanda (antítesis). También podemos encontrar varios tópicos literarios clásicos como el "locus amoenus", que es el lugar en el cual intenta vivir el personaje y desarrollar el amor hacia su mujer y su hija, el "locus eremus", que sería su casa, un lugar en el cual no se puede vivir y la "miseria hominis", que es representada por el estilo de vida de los personajes principales.
Pero el tópico literario más importante es el "homo viator", podemos ver la evolución que realiza Robbie de un matón sin expectativas para el futuro a ser un personaje capaz de organizar un robo sin fallos y de conseguir un trabajo en otro lugar. En conclusión pienso que esta película representa la importancia de una segunda oportunidad en la vida y que difiere de las demás películas, ya que Robbie consigue cambiar su estilo de vida pero sin parar de ser un delincuente, algo que usualmente consideraríamos éticamente incorrecto.
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