viernes, 31 de mayo de 2013
Presentación "El señor de las moscas"
Contenido
Los “temas tabú” que rigen en toda institución, grupo y sociedad en general inspiran un cierto respeto, pero a la vez miedo o angustia en el caso de ser violado. Freud plantea que las restricciones que no tienen que ver con prohibiciones de tipo moral o religioso ya que no emanan de ningún mandamiento divino ni de un sistema de leyes. La palabra tabú designó tres nociones: el carácter sagrado de personas u objetos, la naturaleza de la prohibición que dicho carácter emana y la santidad o impurificación resultante de la violación de la misma.
Las raíces del tabú son más bien de carácter psicológico. Las prohibiciones tabú son ambivalentes, ya que en el inconsciente suele haber un cierto deseo de violarlas, pero al mismo tiempo rige el temor. En El Señor de las Moscas hay un grupo de niños que fueron atravesados por la cultura y por las instituciones, y de lo cual predomina un período de latencia; es decir que no puede borrarse del todo y que en cierta medida trata de ser conservado, como es el caso del respeto a los mayores, a la autoridad, y el temor al castigo en el caso de no hacerlo.
En la novela podemos hablar de Pandilla y de Grupo Primario. En primer lugar, una Pandilla se da lugar cuando los individuos se reúnen voluntariamente por el placer de estar juntos, aporta una cierta seguridad, contención, y en algunos casos un sustituto de amor. La pandilla se hace duradera si se transforma en un Grupo Primario, lo que implica un cambio de características: afirmación de valores comunes, privilegio de la lealtad y solidaridad de sus miembros, diferenciación de funciones y fijación de fines para la complacencia colectiva con sí mismo. Se puede pensar que al comienzo de la novela, los niños se reunieron como “pandilla” mediante la búsqueda de lo parecido, y que esta pandilla de niños se fue conformando como un grupo primario.
Se ponen en juego un conjunto de creencias y realización de ritos, como el caso de la caracola, que significaba una llamada a asamblea. En un grupo con estas características es posible la comunicación cara a cara, existiendo a la vez un objetivo común que los une. A simple vista, y a pesar de que muchos de los niños lo negasen, el objetivo era del grupo era el “rescate”.
Quiroga y Riviere hablan de un “sujeto de la necesidad”, analizando el interjuego entre la necesidad emergente del intercambio lo cual encierra un mundo externo en busca de la fuente de gratificación en la relación con los otros sujetos. Esta necesidad se ve al principio de la novela, cuando Piggy intenta comenzar una amistad con Ralph. Antes de producirse el accidente, los niños formaban parte de una serie como pasajeros del avión pero esta no era la condición suficiente para establecer una relación vincular. Tuvo que pasar una situación (el accidente) que les permitiera interaccionar entre ellos, o mejor dicho entre los sobrevivientes.
Entonces se plantea la cuestión si en realidad un niño “sobrevivir” sin el adulto, sin la ley y la protección. Golding lo pensó de esta forma: como el caos, la destrucción y violación de reglas, mostrando la condición humana en su máximo esplendor. Lo que trata el autor es mostrar cómo reaccionaría un grupo de niños a la hora de mantenerse con vida, lo cual una opción sería mediante la agresividad e imposición de la superioridad ante los demás, cuya actitud fue tomada por Jack, y quien para varios representó el “Nazismo de la época”.
domingo, 26 de mayo de 2013
Presentación Castellano
Contenido
Muchas veces el título es imprescindible para entender el microrrelato, y es obvia la razón: si contamos algo lo más breve posible sería gratuito repetir información o largas explicaciones en el título. En el caso de “La uña” no es necesario el título para entender el relato, pero ayuda a poner énfasis en lo que será importante en él. Un ejemplo de un título que ayuda a comprender el relato sería “Veritas odium parit” de Marco Denevi.
El cuento de Aub no sólo hace sonreír al lector al leer las palabras finales, sino que va más allá: se trata del juego con la perspectiva. Estamos acostumbrados a ver el mundo desde nuestro punto de vista, o desde el de otros individuos, tal vez narradores omniscientes, pero la perspectiva suele ser humana, o de algún ser animado. En este caso cambiamos de perspectiva, una uña se hace con el papel protagonista y adquiere facultades tan humanas que incluso cabe la “imperfección”que en suma termina en la venganza –de nuevo, un sentimiento que no es precisamente propio de las uñas–. Vemos en cada aspecto el absurdo –“absurdo, sólo tú eres puro” (Vallejo)– de Max Aub, junto a su imaginación y creatividad excelentes que están presentes en toda su obra.
Esta otra perspectiva, y la historia entera, recuerda a otro microrrelato, “Las líneas de la mano” del ya mencionado libro de Cortázar. Aquí se nos presenta el recorrido de una línea de la mano –a diferencia del cuento de Aub, no se repite en ningún momento del cuento que se trata de la línea de la mano, sólo aparece la palabra “línea”, y por tanto sin el título es imposible entender el cuento– que va desde una mano que tira una carta hasta llegar a la mano de un hombre desesperado en el justo momento de quitarse la vida. Igual que Aub cuenta el recorrido de la uña, explicando cómo puede llegar de un sitio a otro, cómo por ejemplo llega a la cama de los dos amantes porque puede subir por la orilla del cabecero, vemos en el cuento de Cortázar que la línea de la mano también facilita su camino mediante el uso de muebles y elementos parecidos.
Observamos la diferencia en que en el caso de Cortázar el “observador” se topa con cierta dificultad de seguir la línea, es decir, el lector no se reencuentra en la perspectiva de la línea de la mano, sino que la persigue con mucho interés para no perderse qué hará y dónde terminará. Como ya se ha dicho, en el microrrelato de Aub el lector adquiere la perspectiva de la uña; cuando ella se esconde, no cabe duda que nos escondemos con ella a la par: “escondiéndose tras la cómoda hasta el recodo de la pared”.
También el sentimiento humano se manifiesta en ambos casos, por un lado la venganza de la uña y por otro lado la voluntad de la línea de llegar cueste lo que cueste al destino tamizado. No obstante, la mayor similitud yace en que los dos cuentos terminan en muertes: la uña –o mejor dicho, el difunto uñificado– mata a los amantes, y la línea de la mano presencia –casi, ya que el cuento se cierra antes del propio disparo– el suicidio de un hombre. Para ello se utiliza el típico recurso surrealista de los membra disiecta, que simboliza el mundo caótico, desordenado y de un sujeto mutilado –en este caso, una mutilación elevada a la cesación de la vida–.
Muchas veces el título es imprescindible para entender el microrrelato, y es obvia la razón: si contamos algo lo más breve posible sería gratuito repetir información o largas explicaciones en el título. En el caso de “La uña” no es necesario el título para entender el relato, pero ayuda a poner énfasis en lo que será importante en él. Un ejemplo de un título que ayuda a comprender el relato sería “Veritas odium parit” de Marco Denevi.
El cuento de Aub no sólo hace sonreír al lector al leer las palabras finales, sino que va más allá: se trata del juego con la perspectiva. Estamos acostumbrados a ver el mundo desde nuestro punto de vista, o desde el de otros individuos, tal vez narradores omniscientes, pero la perspectiva suele ser humana, o de algún ser animado. En este caso cambiamos de perspectiva, una uña se hace con el papel protagonista y adquiere facultades tan humanas que incluso cabe la “imperfección”que en suma termina en la venganza –de nuevo, un sentimiento que no es precisamente propio de las uñas–. Vemos en cada aspecto el absurdo –“absurdo, sólo tú eres puro” (Vallejo)– de Max Aub, junto a su imaginación y creatividad excelentes que están presentes en toda su obra.
Esta otra perspectiva, y la historia entera, recuerda a otro microrrelato, “Las líneas de la mano” del ya mencionado libro de Cortázar. Aquí se nos presenta el recorrido de una línea de la mano –a diferencia del cuento de Aub, no se repite en ningún momento del cuento que se trata de la línea de la mano, sólo aparece la palabra “línea”, y por tanto sin el título es imposible entender el cuento– que va desde una mano que tira una carta hasta llegar a la mano de un hombre desesperado en el justo momento de quitarse la vida. Igual que Aub cuenta el recorrido de la uña, explicando cómo puede llegar de un sitio a otro, cómo por ejemplo llega a la cama de los dos amantes porque puede subir por la orilla del cabecero, vemos en el cuento de Cortázar que la línea de la mano también facilita su camino mediante el uso de muebles y elementos parecidos.
Observamos la diferencia en que en el caso de Cortázar el “observador” se topa con cierta dificultad de seguir la línea, es decir, el lector no se reencuentra en la perspectiva de la línea de la mano, sino que la persigue con mucho interés para no perderse qué hará y dónde terminará. Como ya se ha dicho, en el microrrelato de Aub el lector adquiere la perspectiva de la uña; cuando ella se esconde, no cabe duda que nos escondemos con ella a la par: “escondiéndose tras la cómoda hasta el recodo de la pared”.
También el sentimiento humano se manifiesta en ambos casos, por un lado la venganza de la uña y por otro lado la voluntad de la línea de llegar cueste lo que cueste al destino tamizado. No obstante, la mayor similitud yace en que los dos cuentos terminan en muertes: la uña –o mejor dicho, el difunto uñificado– mata a los amantes, y la línea de la mano presencia –casi, ya que el cuento se cierra antes del propio disparo– el suicidio de un hombre. Para ello se utiliza el típico recurso surrealista de los membra disiecta, que simboliza el mundo caótico, desordenado y de un sujeto mutilado –en este caso, una mutilación elevada a la cesación de la vida–.
lunes, 20 de mayo de 2013
Distopía en "La Naranja Mecánica"
"La
naranja mecánica" es una película distópica que se basa en la
novela del mismo nombre, la cual fue escrita por Anthony Burgess y
publicada en 1962. Es una exploración de la violencia humana y la
capacidad de decisión para escoger entre el bien y el mal y el
precio que paga el individuo al restringirla. Está situada en un
futuro no muy lejano donde la juventud tiene una cultura de violencia
extrema.
En
esta violencia podemos encontrar la distopía, ya que se nos presenta
un mundo sin valores humanos como por ejemplo el respeto a las
personas de mayor edad y la solidaridad en general. La ciudad donde
se producen los hechos es una ciudad sucia y en gran parte destruida
en la cual se producen muchos actos de violencia siendo la policía
incapaz de controlar todo. Podemos hablar de una sociedad sin ley ni
orden.
Después
de que el protagonista haya sido atrapado y encarcelado se le aplica
la técnica de Ludovico, provocando en el individuo náuseas el
momento que intenta recurrir a la violencia. Si bien mediante esta
técnica se suprimen las acciones agresivas de la persona también se
suprime su capacidad de decisión. El hecho de perder esta capacidad
también es un elemento distópico ya que estamos controlados y no
podemos hacer nada en contra, aunque en la película después de un
intento de suicidio el personaje principal vuelve a su estado
inicial.
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